jueves, 6 de noviembre de 2014


  •                                                                                               FLÚOR

  •  Esencial durante el embarazo



Las mujeres embarazadas tienen mayor riesgo de desarrollar caries, debido a los cambios hormonales que suceden durante el periodo de gestación. El flúor, junto con el calcio, el fósforo y el magnesio, es un micromineral que sirve a la estructura dental y ósea de la madre y de la futura descendencia. Su aporte durante la gestación es esencial para que no haya deficiencias.


Desde el punto de vista nutritivo, se considera más importante asegurar los requerimientos por medio del consumo de las aguas y los alimentos más ricos en este mineral, que recurrir a los suplementos extras. La administración sistémica a las gestantes por medio de comprimidos o soluciones como complemento dietético no se estima necesaria, ya que el riesgo del exceso supera el beneficio.


El flúor es un mineral que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades, si bien su presencia en el organismo es insustituible. Se considera un micromineral, junto con otros como el zinc, el yodo o el selenio, pero desempeña un rol destacado en la prevención de las caries. Además de ser un elemento importante en la formación y mantenimiento de los huesos, participa también en el endurecimiento del esmalte de los dientes y los hace más resistentes. Dado el papel relevante del flúor para el desarrollo óseo y dental del bebé, la futura mamá deberá conocer que el agua potable, el té, los pescados y mariscos y algunas verduras, como las espinacas y la col, destacan sobre el resto en su contenido en este micromineral. Por lo general, el agua es la fuente principal de flúor en la dieta. Por ello, ya que en exceso puede resultar tóxico, la Unión Europea ha aprobado en fechas recientes un reglamento que autoriza y fija las condiciones de un nuevo tratamiento destinado a eliminar los fluoruros en las aguas minerales naturales y de manantial. Sin embargo, durante los primeros meses de la gestación, el cepillado dental puede llegar a provocar náuseas, por lo que muchas mujeres descuidan la higiene bucal y se favorece el desarrollo de las molestas caries. El cepillado después de cada comida, aunque sea sin dentífrico, y una dieta que asegure la cantidad de flúor necesaria para fortalecer los dientes, son las dos claves para evitarlas. La dieta de la madre desempeña, entonces, un papel protector de la caries para el futuro bebé. Se ha detectado que cuando se administra en bajas dosis, la fijación de este elemento se da con preferencia en los tejidos maternos, mientras que en dosis más elevadas es capaz de atravesar la placenta y llegar al feto. 

Diversos autores afirman que la protección de la dentadura de los niños es casi completa si las superficies lisas de los dientes están expuestas al flúor dos o tres años antes de la erupción, por lo que la prevención se debe continuar tras el nacimiento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario